La Unión Mundial por la Naturaleza (UICN, en sus siglas en inglés) lanzó una iniciativa para que las mujeres sean incluidas en todos los esfuerzos internacionales destinados a reducir las emisiones de gases del efecto invernadero, provenientes de la deforestación.
En el marco de la XVI Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP 16), esa organización internacional y sus socios reclamaron esa participación en el Programa REDD de reducción de emisiones por deforestación y degradación, ya que son las principales afectadas por la tala y el mal manejo de los bosques.
"Existe la voluntad política para REDD, pero los donantes que patrocinan iniciativas REDD todavía no incorporan las cuestiones de género en los proyectos de campo, a pesar de que tienen el mandato -y por lo tanto la obligación- de hacerlo", afirmó Lorena Aguilar, asesora mundial en género de la UICN.
Las estadísticas indican que las mujeres representan el 70% de los pobres del mundo y proporcionan hasta un 90% de los alimentos en las comunidades dependientes de los bosques.
En la pasada cumbre de Copenhague, la comunidad internacional comenzó a trabajar hacia un acuerdo mundial REDD, que hasta el momento se ha implementado en unos 40 países en desarrollo como experiencia piloto.
Millones de mujeres dependen de los recursos forestales para la recolección de leña, frutos del bosque, verduras y medicinas y en muchas sociedades rurales, son sólo las mujeres quienes han acumulado conocimientos tradicionales sobre alimentos y otros productos domésticos que suministran los bosques.
"Las iniciativas actuales de REDD manifiestan la necesidad de involucrar a los pueblos indígenas y comunidades locales, pero no reconocen las necesidades diferenciadas de las mujeres y los hombres dentro de las comunidades", aseguraron desde la UICN.
"Dado que las mujeres no necesariamente son dueñas de tierras forestales, a menudo son excluidas de las discusiones acerca de cómo los bosques deben ser manejados a nivel comunitario", destacó Consuelo Espinosa, Oficial Senior de Bosques de la UICN.
"Lo que nos preocupa -agregó- es que existe el riesgo de que las mujeres sean excluidas también de los esquemas de pagos REDD por la misma razón.
La relación entre las mujeres y el cambio climático ya había sido abordada por la comunidad internacional en 2009, durante la presentación de un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
En el mencionado trabajo, titulado "Frente a un mundo cambiante: las mujeres, la población y el clima", se puso de relieve que las mujeres soportan en forma desproporcionada la carga por el cambio climático.
"Las mujeres pobres en los países pobres figuran entre quienes más padecen las consecuencias del cambio climático, aun cuando son quienes menos han contribuido a dicho cambio", dijo en esa oportunidad la directora del UNFPA, Thoraya Ahmed Obaid.
Los pobres son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático y la mayoría de los 1.500 millones de personas que viven con menos de 1 dólar diario son mujeres. "Las mujeres serán afectadas de manera diferente a los hombres", destacaba el informe.
Ellas figuran entre las personas más vulnerables porque en muchos países constituyen la mayor parte de la mano de obra agrícola, y también porque suelen tener menos oportunidades para obtener ingresos.
"Las mujeres administran el hogar, lo que a menudo limita su movilidad y acrecienta su vulnerabilidad a desastres naturales repentinos atribuibles al clima", agrega el trabajo elaborado por el norteamericano, Robert Engelman.
En cuanto a la iniciativa de la UICN, Aguilar concluyó que "los gobiernos deberían asegurarse de que las mujeres, cuyos medios de vida dependen mayoritariamente de los recursos forestales, logren beneficiarse de REDD en partes iguales".
En el marco de la XVI Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP 16), esa organización internacional y sus socios reclamaron esa participación en el Programa REDD de reducción de emisiones por deforestación y degradación, ya que son las principales afectadas por la tala y el mal manejo de los bosques.
"Existe la voluntad política para REDD, pero los donantes que patrocinan iniciativas REDD todavía no incorporan las cuestiones de género en los proyectos de campo, a pesar de que tienen el mandato -y por lo tanto la obligación- de hacerlo", afirmó Lorena Aguilar, asesora mundial en género de la UICN.
Las estadísticas indican que las mujeres representan el 70% de los pobres del mundo y proporcionan hasta un 90% de los alimentos en las comunidades dependientes de los bosques.
En la pasada cumbre de Copenhague, la comunidad internacional comenzó a trabajar hacia un acuerdo mundial REDD, que hasta el momento se ha implementado en unos 40 países en desarrollo como experiencia piloto.
Millones de mujeres dependen de los recursos forestales para la recolección de leña, frutos del bosque, verduras y medicinas y en muchas sociedades rurales, son sólo las mujeres quienes han acumulado conocimientos tradicionales sobre alimentos y otros productos domésticos que suministran los bosques.
"Las iniciativas actuales de REDD manifiestan la necesidad de involucrar a los pueblos indígenas y comunidades locales, pero no reconocen las necesidades diferenciadas de las mujeres y los hombres dentro de las comunidades", aseguraron desde la UICN.
"Dado que las mujeres no necesariamente son dueñas de tierras forestales, a menudo son excluidas de las discusiones acerca de cómo los bosques deben ser manejados a nivel comunitario", destacó Consuelo Espinosa, Oficial Senior de Bosques de la UICN.
"Lo que nos preocupa -agregó- es que existe el riesgo de que las mujeres sean excluidas también de los esquemas de pagos REDD por la misma razón.
La relación entre las mujeres y el cambio climático ya había sido abordada por la comunidad internacional en 2009, durante la presentación de un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
En el mencionado trabajo, titulado "Frente a un mundo cambiante: las mujeres, la población y el clima", se puso de relieve que las mujeres soportan en forma desproporcionada la carga por el cambio climático.
"Las mujeres pobres en los países pobres figuran entre quienes más padecen las consecuencias del cambio climático, aun cuando son quienes menos han contribuido a dicho cambio", dijo en esa oportunidad la directora del UNFPA, Thoraya Ahmed Obaid.
Los pobres son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático y la mayoría de los 1.500 millones de personas que viven con menos de 1 dólar diario son mujeres. "Las mujeres serán afectadas de manera diferente a los hombres", destacaba el informe.
Ellas figuran entre las personas más vulnerables porque en muchos países constituyen la mayor parte de la mano de obra agrícola, y también porque suelen tener menos oportunidades para obtener ingresos.
"Las mujeres administran el hogar, lo que a menudo limita su movilidad y acrecienta su vulnerabilidad a desastres naturales repentinos atribuibles al clima", agrega el trabajo elaborado por el norteamericano, Robert Engelman.
En cuanto a la iniciativa de la UICN, Aguilar concluyó que "los gobiernos deberían asegurarse de que las mujeres, cuyos medios de vida dependen mayoritariamente de los recursos forestales, logren beneficiarse de REDD en partes iguales".